Recetas

Tronco de Navidad


El postre que hoy os propongo es ideal para estas fiestas. La receta me la ha dado una buena amiga y, os aseguro, que es muy sencillo de hacer. Se trata de un tronco de Navidad de galleta y chocolate, que se puede dejar hecho un día antes de tomarlo (de hecho estará más rico) y que os llevará poco tiempo en la cocina, algo muy propicio para estos días en los que hay mil platos que preparar.


INGREDIENTES

- Un paquete de galletas hojaldradas redondas
- 150 gr de mantequilla
- 3 cucharadas de azúcar
- 300 gr de chocolate para fundir
- 1 clara de huevo
- leche

El primer paso consiste en fundir el chocolate y mezclarlo con la mantequilla y el azúcar. La clara de huevo tendréis que batirla a punto de nieve y, una vez la tengáis, se juntará con la anterior mezcla.

  

CONSEJO: para dejar perfecta la clara, batidla con unas varillas (si la batidora tiene este utensilio tardaréis muchísimo menos). La prueba para saber que están en su punto es dar la vuelta al recipiente: si no cae nada, ya están montadas... si cae algo, seguid insistiendo.

Si ya habéis preparado la cobertura, es hora del siguiente paso. En un plato hay que poner leche, azúcar avainillado y, si queréis o tenéis, un chorrito de anís. Como yo no tenía este tipo de azúcar, utilicé azúcar normal y eché un chorrito de esencia de vainilla.

Una vez tengáis esto es el momento de comenzar a formar el tronco. Debéis mojar la galleta con la leche (meter y sacar, ya que si la dejáis reposar un poco se destrozará) y bañarla con el chocolate. Sólo por una cara, como cualquier galleta que va rellena. Así tendréis que ir haciendo una por una. La colocación de las galletas será formando un "trenecito", en la primera, la cara sin chocolate no debe pegar con ninguna galleta y, en las demás, deberéis ir poniendo el lado del chocolate con el lado que no tiene nada.

  

CONSEJO: Para que sea más fácil, lo mejor es hacer una montañita con las 4 o 5 primeras galletas y, después tumbarlas todas juntas, así no se os caerán. Una vez que tengáis éstas colocadas perfectamente ya podréis ir poniendo una a una las demás galletas.

Cuando ya estén colocadas todas las galletas y esté formado el tronco, hay que bañarlo con el chocolate restante. A continuación, metedlo en el frigorífico. Transcurridos 5 o 10 minutos, podéis hacer rayas con un tenedor para que parezca un auténtico tronco de árbol.

  

Cuando el chocolate esté solidificado podéis sacar el tronco de la nevera, así no se quedará muy seco. Para decorar hay mil opciones: virutas, gominolas, lacasitos, azúcar glas... Yo, como estamos en Navidad, he aprovechado un poco del fondant que me sobró de la tarta regalo y, haciendo bolitas pequeñas, he simulado copos de nieve. Además he puesto una figurita de Papá Noel que tenía por casa.
A la hora de cortarlo, la mejor forma de hacerlo es en oblicuo, así se verá mucho mejor cómo es por dentro.

 

Como veis es un postre muy fácil de hacer y que, en realidad, es válido para cualquier época del año. ¡En mi caso había dos porque en Navidad nos juntamos muchos para comer!

Espero que paséis unas felices fiestas y que el año 2012 sea muy dulce y venga cargado de nuevas recetas.


Palmeritas de chocolate y azúcar


Hoy os traemos una deliciosa y fácil receta y es que, ¿a quién no le gustan las palmeritas? En este post mostramos dos formas de hacerlas -con chocolate y con azúcar- pero hay mil formas más: con coco, con chocolate negro, de dos chocolates… Son un postre rápido, muy sencillo y que os puede sacar del apuro en caso de visita.

INGREDIENTES (para unas 30 palmeritas)
- Una lámina de hojaldre
- Azúcar
- Chocolate para fundir
- Mantequilla (opcional)

El primer paso consiste en desenrollar el hojaldre y ponerlo sobre la encimera o bandeja de horno.
CONSEJO: En mi caso, como no quería que me saliesen muchas, he optado por cortar a la mitad la lámina. De este modo, una parte la destino a hacer palmeritas de azúcar y la otra para las de chocolate.


Una vez tengáis el hojaldre estirado, se siguen diferentes pasos dependiendo del tipo de palmerita.
AZÚCAR: debéis ir poniendo azúcar en todos los pasos que vayáis dando. Primero cuando esté estirada, segundo cuando hagáis el primer doblez, etc. La masa tiene que quedar completamente cubierta de azúcar.
CHOCOLATE: para que estén más dulces, podéis poner un poco de azúcar cuando el hojaldre esté estirado, aunque esto es un poco dependiendo lo golosos que seáis.
En las siguientes imágenes podéis ver qué pasos hay que seguir para formar las palmeras.


Cuando tengáis el “rollito” hecho debéis cortar el hojaldre con un grosor de unos 5cm aproximadamente e ir colocando los trocitos sobre la bandeja del horno. Es recomendable poner papel de horno o papel de plata para que no se peguen a la superficie.

CONSEJO: Cuando coloquéis las palmeritas para hornearlas debéis dejar una separación entre ellas de unos 10-15 cm. Tened en cuenta que se hinchan y si están muy juntas se pegarán entre ellas.

El tiempo de horneado varía según el horno. En mi caso, pongo el horno a precalentar 10 minutos a temperatura alta y, antes de meterlas, lo bajo a unos 150 grados. Horneo el hojaldre durante 15 minutos aproximadamente pero la mejor forma de controlarlo es apagar el horno cuando el hojaldre esté dorado.

Una vez saquéis las palmeritas del horno tenéis que dejarlas enfriar un poco. Las que sean de azúcar (quedarán más o menos como la que está a la izquierda en la foto) ya podéis reservarlas en un plato o bandeja, mientras que las de chocolate (que os quedarán como la de la derecha) podéis dejarlas en la bandeja o en el papel de horno.
El siguiente paso es derretir el chocolate. Una vez derretido, y ayudándoos de una brocha, embadurnar toda la parte delantera de la palmerita y los bordes.


CONSEJO: Podéis echar un poco de mantequilla al chocolate para que éste quede más brillante.
El último paso es dejar enfriar las palmeritas con el chocolate. Para que se solidifique antes podéis meterlas a la nevera (pero no inmediatamente, dejad que el chocolate pierda temperatura).


Como veis es un postre sencillo y que podéis hacer el fin de semana, o en cualquier rato libre, e ir comiendo a lo largo de la semana porque aguanta bastantes días. ¡Bon appétit!

 

Tarta regalo con fondant

Lo que hoy os propongo es complicado, lo admito, pero os prometimos que todas y cada una de las cosas que aquí se publicasen serían hechas antes por nosotras y…si yo he podido hacer esta tarta, queridos, vosotros también seréis capaces. Lo primero de todo es decir que el bizcocho "oculto" de esta tarta es el pastel de los yogures de hace algunos post, esta es sólo la forma de decoración/presentación que ya dije que os mostraría. A continuación, os detallo todos y cada uno de los pasos e ingredientes que necesitáis para triunfar.

INGREDIENTES

Para el almíbar

- 400 gramos de agua
- 200 gramos de azúcar
- El zumo de medio limón
- Un chorrito de esencia de vainilla (opcional y sustituible por ron, brandy…)

Para rellenar y cubrir el pastel

- 150 gramos de mantequilla
- 150 gramos de azúcar glas
- Tres cucharadas de nocilla/nutella/chocolate fundido

- Fondant blanco para cubrir todo el pastel y fondant rosa para hacer el lazo

Esta tarta es bastante entretenida de hacer en cuanto a tiempo. Según mi experiencia (y según leí por distintos blogs de dulces) os recomiendo que hagáis el bizcocho el día de antes, ya que así estará reposado, no tan blando y aguantará mejor todas las "idas y venidas". En mi caso, tuve que hacer dos bizcochos porque el primero se me quedó bastante fino (ya que después hay que cortarlo por la mitad para rellenarlo), por lo que si tenéis un molde alto, podéis doblar las cantidades que os propongo en la receta del pastel de los yogures y, así, hacerlo más ancho o, en su defecto, hacer dos. Tende en cuenta de que si dobláis las cantidades también variará el tiempo de cocción del mismo.

Una vez tengáis el bizcocho, el siguiente paso es hacerlo más jugoso con el almíbar. Éste es muy fácil de hacer: consiste en poner un cazo a fuego medio-bajo y echar los ingredientes. Hay que ir removiendo hasta que quede bien integrado y no dejar que hierva. ¿Ya lo habéis hecho? Pues ahora tenéis dos opciones: si habéis hecho un solo pastel deberéis cortarlo por la mitad (más o menos que os queden las dos del mismo grosor) y empapar bien cada parte. Si tenéis dos pasteles no hay que partirlos por la mitad y, simplemente, echad el almíbar por cada uno de ellos.

CONSEJO: para que el bizcocho no quede irregular yo lo igualé cortando un poco la capa de arriba de cada uno de ellos.

Cuando hayáis empapado lo suficiente el pastel es hora de hacer el relleno del mismo. Para ello he optado por un buttercream pero también podéis utilizar chocolate, mermelada, nata... Para el buttercream es necesario batir la mantequilla, el azúcar glas y, en mi caso, la nutella. Si ya lo habéis preparado sólo os queda untarla por la parte superior de una de una de las partes, que quede una capa bastante contundente, ya que así quedará más jugoso. El siguiente paso consiste en "tapar" el relleno con la otra parte de bizcocho.


CONSEJO: tened cuidado al coger el bizcocho sobrante, estará blandito por el almíbar y es posible que se raje. Así que ¡¡cuidado!!

Una vez tengáis el pastel "montado" habrá que cubrirlo. Yo lo cubrí con el propio relleno, pero fue un "fallito"… me sobró mucho y me daba pena tirarlo.

CONSEJO: podéis cubrir el pastel con buttercream, no hay problema, pero sí lo preferís también es válido hacer un ganaché (200 gramos de nata liquida para montar y otros 200 de chocolate fondant: hay que hervir la nata hasta que hierva, retirarla del fuego y, después, poner el chocolate y remover. Debe estar frío antes de utilizarlo).


Ahora llega la parte divertida del trabajo: cubrir con fondant la tarta y decorarla. El fondant se puede fabricar en casa pero, como sabía que sería una receta entretenida decidí comprarlo hecho. El lugar donde lo compre es Keyks, una tienda pequeñita pero que tiene todo lo necesario para hacer este tipo de tartas. Compré 1kg de fondant blanco (sobrará, pero es más económico) y una bolsita de 200gr de fondant rosa (del que también me sobró un poquito). Para estirar el fondant necesitaréis un rodillo y azúcar glas.
Lo primero de todo será estirar el fondant blanco. Paciencia, se tarda un poco pero el resultado es impresionante.

CONSEJO: para que el fondant no se pegue a la mesa es preferible que espolvoreéis azúcar glas por toda la superficie y vayáis moviendo vuestra masa de vez en cuando, pero sin darla la vuelta.

Sí tenéis el fondant extendido, debe cubrir tooooooda la tarta. El siguiente paso es colocarlo con cuidado y sin dejar ninguna arruga. El sobrante de los bordes tendréis que cortarlo con el cuchillo o un cortapizzas.


El último paso antes de terminar es hacer las decoraciones. Yo he optado por un lazo pero podéis hacer florecitas, poner un nombre… Para el lazo también hay que estirar el fondant con el mismo procedimiento que el anterior, lo único que al ser más pequeño no habrá que estirarlo tanto. Este es el vídeo explicativo en el que yo me fijé, en él sólo aparece cómo hacer el lazo, para hacer el resto de tiras simplemente tendréis que amasar y cortar con la anchura que queráis. Para pegar el fondant basta con utilizar un poco de agua.


Este es el resultado y, aunque el proceso es largo, merece la pena (por todos los piropos que os echarán, os lo aseguro) y, además, el sabor es buenísimo. Espero que la disfrutéis y os hagan miles de felicitaciones.


 

Tarta tres chocolates

La tarta tres chocolates es un manjar para todos los adictos a esta "sustancia" legal. En varios blogs y libros de recetas aparecen versiones de ésta, la que os propongo a continuación es un "mix" (o mejor dicho, es la forma en la que yo la hago y creo que sale más buena). Aunque parezca que su dificultad es elevada, os aseguro que puede hacerla hasta el más negado en los fogones.

INGREDIENTES (para un molde de unos 25 cm de diámetro)

Un paquete de galletas. Yo utilizo galletas cuadradas y muy tostadas (al estilo chiquilín).
150 gr de chocolate negro, del de fundir para postres vale.
150 gr de chocolate con leche
150 gr de chocolate blanco
Medio litro de leche y un "chorrito" más
Una cucharada y media de mantequilla (soperas). Es preferible mantequilla a margarina, pero no pasa nada si utilizáis una u otra.
Tres sobres de cuajada, para que de consistencia y espesor al chocolate.
Un litro de nata líquida para montar
Azúcar

Lo primero de todo es triturar la galleta. Una licuadora o batidora potente es lo perfecto, pero, si tenéis paciencia y ganas, podéis desmenuzar la galleta con un mortero. Una vez que tengáis ésta lista, debéis echar un chorrito de leche y la mantequilla (previamente derretida en el microondas) alternando una y otra y removiendo la mezcla con un tenedor. Más o menos, la textura ideal es la que aparece en la segunda imagen. Esta será nuestra primera capa y, ayudándonos con las manos, habrá que cubrir todo el fondo del molde que vayamos a utilizar.

CONSEJO: más que un consejo es un "requisito" de esta tarta. El molde en el que vayamos a hacer la tarta debe ser, valga la redundancia, desmoldable porque si no se estropeara toda al intentar sacarla y será "puré de tres chocolates".

Una vez que vuestra primera capa tenga un aspecto parecido al que os muestro en la imagen, podemos seguir con el invento. El segundo paso consistirá en unir la nata y el medio litro de leche en un recipiente. Ésta deberá separarse en tres partes de 500 ml cada una.

CONSEJO: lo mejor para no equivocarse a la hora de calcular cantidades es que mezcléis la leche y la nata en una jarra con medidas, por ejemplo, yo utilizo la de la batidora. Si no tenéis una jarra de este tipo, podéis ayudaros de vasos. Un vaso de cristal (de los corrientes) suele tener una capacidad de 250 ml, por lo que 6 vasos son un litro y medio, es decir, la totalidad de la mezcla entre leche y nata.

¿Ya tenéis la nata y la leche listas? El siguiente paso es empezar a derretir el chocolate, el primero será el negro. En un cazo hay que poner un vaso de nuestra mezcla junto con el chocolate (en trocitos se derretirá antes). En otro recipiente echaremos el otro vaso de mezcla y en él, diluiremos un sobre de cuajada hasta que no quede ningún grumo. Cuando el chocolate en el fuego comience a hervir, echaremos la cuajada y esperaremos a que vuelva a hervir. En esta segunda ebullición se retirará el cazo del fuego y se dejará enfriar unos tres o cuatro minutos, tras esto, se verterá el contenido sobre la capa de galleta. Tendréis que remover continuamente mientras el chocolate esté al fuego porque si no se pegará.


CONSEJO: La cantidad de azúcar, que se echará cuando el chocolate se esté derritiendo, varía en función del gusto de cada uno. Yo suelo poner unos 50 gr al chocolate negro, 25 gramos al chocolate con leche y una cucharada (de las de café) al chocolate blanco.

El siguiente paso será igual que el anterior, sólo que con el chocolate con leche. Una vez que se esté listo, lo dejaremos enfriar unos minutos y lo verteremos sobre la capa de chocolate negro.

CONSEJO: Para que ambos chocolates no se mezclen podéis hacer unos pequeños surcos con un tenedor en la capa de chocolate negro, igual que os muestro en la foto, así no traspasará y además se fijarán mejor las capas. Además, para que el peso del chocolate al caer no haga un agujero, es recomendable que os ayudéis de un cazo poniéndolo boca abajo y vertiendo el contenido sobre él poco a poco.


La última capa, la de chocolate blanco, sigue el proceso de las anteriores. Una vez que hayáis terminado con ésta hay que tener cuidado y no mover el molde durante, aproximadamente, media hora. Una vez que haya transcurrido este tiempo hay que trasladar la tarta a la nevera y mantenerla allí unas tres horas. Se sirve a temperatura ambiente.


CONSEJO: Para decorar yo utilizo virutas de chocolate pero, si no os gustan o queréis dar a vuestra tarta un toque distinto, podéis usar lacasitos, bolitas de chocolate o, simplemente, rayar un poco del cacao que más os guste.

Este es el resultado final de mi tarta, el sabor es delicioso y, el único inconveniente -a parte de que engorda un poco…- es que, aunque no es difícil de hacer, es bastante laboriosa y lleva su tiempo. Os recomiendo que os busquéis un buen pinche y, así, disfrutéis de un buen rato y de un buen postre.

El pastel que hoy os propongo es muy sencillo, palabra. Es el pastel que saben hacer todas las madres y abuelas del mundo, que sabe a gloria y se puede reinventar cuantas veces se quiera. Yo aquí os muestro la forma más fácil de todas ellas de hacerlo, en los posts siguientes sabréis el porqué.
Lo he llamado el pastel de los yogures porque las cantidades se miden con el envase de un yogur vacío. Allá vamos.

INGREDIENTES (para un recipiente de unos 25 cm de diámetro)
Cuatro huevos
Un yogur natural (o del sabor que más os guste)
Tres yogures de harina
Un yogur de aceite
Dos de azúcar
Un sobre de levadura
La rayadura de un limón
El zumo de medio limón (apróximadamente)


Lo primero de todo es mezclar los ingredientes. El orden da un poco igual, ya que se batirá todo posteriormente. Para no olvidarse de nada, os recomiendo que vayáis haciéndolo en el orden en el que aparecen en la lista anterior. Una vez tengáis todos los ingredientes juntos habrá que batirlos.


CONSEJO: en este caso es mejor que lo hagáis con la batidora de mano, porque si lo hacéis con una batidora de mesa y ésta no es muy potente no se mezclarán perfectamente.

Una vez batido, la masa se incorporará al molde y se meterá en el horno durante media hora apróximadamente. Para comprobar que está hecho hay que recurrir al viejo truco de nuestras madres y abuelas, meted una aguja y, si sale limpia, está listo.

CONSEJO: es recomendable que embadurnéis el molde con mantequilla, sea o no desmoldable, para que el pastel salga entero. Además es importante precalentar el horno.

Cuando vuestro pastel esté listo es aconsejable no desmoldarlo inmediatamente, pues se os romperá. Dejadlo enfriar un poco y, una vez que esté templado, ya podéis manipularlo y empezar con las decoraciones. A mí, personalmente, me gusta comerlo sin nada pero también está muy rico si lo abrís por la mitad y lo rellenáis con nata montada, chocolate fundido, crema…


La segunda fotografía es el pastel sin la capa de arriba (para igualarlo), no os tiene que quedar así nada más sacarlo del horno. Próximamente os mostraré una original forma de presentarlo, hasta entonces, id degustando el sabor a limón de este…

No hay comentarios:

Publicar un comentario